Una realidad
innegable; Facebook está y existe, la pregunta es: ¿nosotros también en él?
Lo que
pudiera ser una lógica o un juego de palabras estúpido, hoy me puso a
reflexionar como nunca antes.
Los que nos dedicamos
y vivimos de este asunto o sea las redes sociales; podemos presumir de
conocerlas al dedillo, que dedicarles un estudio, monitoreo, uso comercial, de
ocio, de entretenimiento y demás; son las herramientas que definen lo que a
Facebook se le conoce (y así nació) como una “red social”.
Cuántas
veces he leído textos de “chanclas vengadoras”, de rupturas amorosas, del
desencanto de la vida, de los falsos amigos reales y en Facebook, de “lo mal
agradecidos” en fin… lo cierto es que nuestros muros en Facebook dejan al
descubierto nuestros lados más oscuros; pero también exponen nuestros lados
“tiernos” nuestros lados sensibles, secundados de fotos con flores, paisajes
etéreos, de Jesús con una paloma blanca, de Jesús con o sin brillitos, con o
sin destellos, las de mamás con sus hijos en todos los ángulos posibles, con
sus gatos, con sus perros… las palabras que desean “lo mejor” son en realidad
las palabras que deseamos recibir.
Y así
también, está el lado sarcástico, de la furia y la denuncia, palabras que nacen
para herir, para lastimar, para decírtelas en la cara rata de dos patas, para
atacar al sistema, para unirte, para denunciar el abuso, para apoyar a las
causas…perdidas o no.
Será lo
queramos sea; nuestra herramienta de trabajo, nuestro relax, nuestro
confidente, nuestra arma secreta… lo que deseamos que sea es.
Todo ese
mundo virtual, irónicamente existe.
Es
intangible, pero tan real como el tiempo que le hemos dedicado a este espacio
social, de la nueva era digital.
Alrededor de
la 1:30 de hoy, una vieja amiga de la primaria me manda un mensaje por
whatsaap; otra conocida que tenemos en común a fallecido.
Me dice el
nombre y poco recuerdo honestamente, soy muy mala para recordar tiempos muy
remotos como la primaria, sobre todo de personas que lleva décadas de no saber
nada; así que siempre me impresiona que hay personas que pueden recordar sus
años de kínder o algo así.
Me repite el
nombre y apellido…¡pumm! un flash de su imagen atraviesa mi mente.
Casi por
instinto volteo hacia mi Mac y en Facebook escribo su nombre.
Aparece su
perfil y en ese momento la recuerdo, la foto de su perfil me revela lo que en
más de 30 años no había recordado, los años de primaria.
Un
escalofríos ligero recorre mi cuerpo al leer sus publicaciones.
La más reciente
y útima, la hizo el sábado.
Hace unos
días en Veracruz, sufrimos el paso de un fenómeno meteorológico llamado “Earl”;
ha llovido de manera infernal algunos días y en otros a azotado vientos fuertes
a moderados.
Así lo
redacté para el noticiero de esta mañana, que como siempre leyó mi padre frente
a la pantalla.
La cifra
eran 10 fallecidos, pero en el trascurso de la mañana subió a 11.
Así es; no
pude evitar preguntarme si esa cifra correspondió a mi antigua compañera.
Leo su última
publicación y los comentarios me dejaron anonadada.
Los primeros
corresponden claro, al poco instante de escribirlo, al parecer ella saldría de
viaje; pero al leer los comentarios de la fecha de hoy, se tornan por su puesto
muy tristes.
Se forma una
especie de foro entre los que comentan, que son sus amistades más cercanas, ahí
me entero que falleció en un accidente automovilístico mientras regresaba a su
tierra Coatzacoalcos.
“Libre por
siempre” leía en repetidas ocasiones, al parecer era una de sus frases
favoritas; algunos comentarios eran en verdad muy emotivos, sin embargo, lo que
me conmocionó de verdad es que aquellas palabras se las escribían como si en
algún momento llegara a leerlas y en su defecto regresar la misiva con un like.
No me
dispongo a criticar este maravilloso acto de emotividad humana; sino todo lo
contrario.
Tal cual
como un libro de condolencias, las frases desfilaban como un “hasta pronto”
“buen viaje” …
No puedo
evitar preguntarme si cada persona que escribió esas palabras, encuentran en este
perfil de una red social, un aliciente, el momento de un universo paralelo que
les indica que ella en realidad no ha fallecido; que en algún momento subirá
muchísimas fotos alegres de su último viaje.
Yo me uní a
las palabras de condolencia para su familia y un “dios te recibe en este
momento”, y no pude evitar sentirme tonta al expresarle esos deseos a alguien
que ya no está; debo ser honesta.
Ésta última
publicación también me dejó impactada, sus palabras no las pondré textuales
para proteger la privacidad de la misma, pero se leen más o menos así:
“Bye bye
Coatzacoalcos, #graciastotales #soylibre”
Pero esto
sin duda me pone a reflexionar, increíble que sus últimas palabras en Facebook
sean literalmente un adiós.
Ya puedo
imaginar la infinidad de teorías que rondan en sus mentes.
Facebook, se
ha calificado de todo, de lo malo y lo bueno, de los pros y los contras, de ser
un arma poderosa, de ser la perdición de la humanidad, de volvernos
antisociales, en fin…
La realidad
es que el ser humano ha creado un mundo paralelo en Facebook; un universo donde
cualquiera que “existe” en facebook “existirá eternamente”
¿Ustedes qué
opinan?
@lavaronita
@gazetatele
www.lavaronita.blogspot.com
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